Siento admiración por las artes y los artistas en cualquiera de sus expresiones, pero hoy, al pasar por el callejón lateral del Centro Cultural Alfonso X El Sabio y sobre sus puertas y ventanales, observé mensajes y dibujos de dudoso buen gusto; ocultan sin la menor duda, falta de personalidad, afán de notoriedad y casi siempre una gran timidez.
Esta apreciación, no resta un ápice a la impronta artística que se aprecia en algunos de los dibujos o en la forma de rotular. Se observan trazos firmes, soltura en el manejo del pincel (spray), sentido del espacio y seguridad en su obra, que al utilizar ese medio no permite rectificación; todo ello me induce a aventurar la especie de encontrarnos ante artistas frustrados, que trasladan su protesta al escaparate público que representa la sugerente fachada recién pintada. Hago la distinción entre el artista frustrado y el antisistema, que revierte sus reivindicaciones contra lugares cuya antigüedad merece veneración y son mancillados y agredidos sin más pretensión que generar un daño absurdo: como monumentos, estatuas etc. cuya calificación tiene otro nombre.
Las pintadas que he visto hoy, me han entristecido más porque el lugar escogido, es el emblemático edificio cultural de El Puerto.¡Qué contradicción! Donde reside la cultura. Y posiblemente perpetrado por jóvenes cultos.
¿No sería más razonable, que cada pintor callejero, acudiese al Ayuntamiento en demanda del regalo de un lienzo, unos pinceles y unos tubos de pintura donde desahogar su arte o sus frustraciones y la oportunidad de exponerlas? Sin duda sería una forma de encauzar esas inquietudes con el premio de unos dias de gloria reconocida y no anónima, y el costo, infinitamente inferior que el de la obligada limpieza de paredes y fachadas. A veces las utopías pueden dejar de serlas.
Estos "artistas" quieren pintar en las paredes y con spray, por eso los Ayuntamientos debían habilitar muros en los que puedan exponer su obra sin dañar nada.
ResponderEliminarUn abrazo