He oído esta mañana a nuestro
presidente del Gobierno anunciando las nuevas medidas derivadas del último
consejo de ministros. No voy a entrar en la discusión de si es herencia
recibida, de los últimos años de los Zapatero, Aznar, González, Calvo Sotelo o Suárez, cada cual
tuvo su cuota de responsabilidad. En esta ocasión Rajoy es el heredero y
responsable del rumbo a seguir, aunque también es cierto que ha perdido la
brújula o anda buceando entre las cenagosas aguas de la política interna y la comunitaria,
para justificar el incumplimiento de sus
promesas electorales, bien porque antepuso su interés político o porque hizo un
mal seguimiento como opositor. La realidad es que nos encontramos en un momento
dramático. Estamos en la segunda división de los países europeos. Hemos perdido
sillones de prestigio y nos ¿ayudan? porque representamos más peligro hundidos
que reflotados, intervenidos, secuestrados o como quieran llamarnos a cambio de
convertirnos en esclavos de la especulación económica y política. Hemos dejado
de ser independientes. Aún así hay
autonomías que quieren ser más independientes. Cosas de políticos.
El Congreso ha permanecido en
silencio mientras el Sr. Rajoy desgranaba sus medidas y sólo arrancó aplausos
–mientras yo le oía- cuando anunció la reducción del 30% de los cargos en los
ayuntamientos, empresas municipales –refugio de cargos políticos- etc.
No fue unánime el aplauso; se fueron apagando para dar lugar a un
silencio sepulcral. Lo que debía venir a continuación era la supresión del
senado, del número de diputados, y antes de anunciar la supresión de la paga de
Navidad y aumento de las horas de trabajo de los funcionarios, proclamar la
reducción en un porcentaje honrado las retribuciones de los diputados y demás
cargos políticos. No se oía una mosca. Al cambiar de tema, se notó una
relajación en el ambiente que sí fue general. Antes no aplaudieron todos, ahora
si respiran todos relajados.
Entre cánidos, los lobos entre sí
no se muerden, pero sí atacan a los perros que son de la misma estirpe. En este
caso, como siempre, la cuerda se rompe por lo más débil: los concejales, que no
digo que esté mal, pero que si solo cortamos los dedos de los pies hay que
seguir llenando el buche de esta clase política que nos toca sufrir a los de
abajo, los ya casi menesterosos del pueblo español. Siempre los mismos paganos.
Platón y Aristóteles se ríen desde la eternidad al comprobar qué poco hemos avanzado
en esto de la democracia.
Alberto Boutellier
Además los concejales son los políticos que menos cobran, es más muchos de ellos ni cobran. En Europa mucho exigir, pero ¿por qué en lugar de bajar los sueldos de los eurodiputados, subieron los de los españoles para equipararse? Los políticos son la vergüenza de todos los países.
ResponderEliminarMe vuelvo loco para comentar.
Un saludo
Nos vamos a volver todos Felipe. Un abrazo
EliminarPerro no come perro.
EliminarDe esta no salimos, y si lo hacemos, nosotros no lo veremos.
A Europa siempre le ha interesado, una España débil y dividida.
Asín zon las cozas