viernes, 7 de junio de 2013

TARO ASO

               Taro Aso no es un logo, pero pronto será acuñado como tal por algún gobierno con urgencias para ajustar su déficit. Hasta ahora, Taro Aso era ciudadano de un pueblo paradigma de laboriosidad, ingenio, orden y respeto a sus mayores. Taro Aso tocó poder. Taro Aso buscó en el baúl de los recuerdos de la segunda guerra mundial, y encontró un libro donde figuraban los héroes nipones, que por defender a su patria, se convirtieron en espontáneos  kamikazes, tanto para la guerra, como para salvar vidas en el último sunami… y se le encendió la luz para lograr con éxito cuadrar las finanzas del estado.
               Al ministro de finanzas Taro Aso, hombre lúcido sin dudas, no le ha temblado el pulso para intentar desestabilizar la tradición familiar, donde los abuelos son venerados por hijos y nietos que respetan su vida silente y  mantienen la llama del hogar. Taro Aso ha hecho números. Cerca de 130 millones de japoneses tienen más de sesenta años,  y se ha preguntado: ¿Por qué tenemos que pagar por las personas que sólo comen, beben y no hacen ningún esfuerzo?
               Con ello ha lanzado un órdago a los mayores, sabiendo que éstos desearán morir gloriosamente, antes de vivir siendo una rémora y los inducirá a practicar el hara-kiri. Para las nuevas generaciones que desconozcan el vocablo, significa: «corte del vientre», y es el suicidio ritual japonés por desentrañamiento.  Cuando comience el baile de los harakiris, alguien en el lejano oriente regresará a los templos budistas  para pedir perdón y despedirse de la vida por el mismo procedimiento.
               Pero estamos en España. ¡Dios mío, que no hayan leído la noticia en el Gobierno! Ya no les queda nada que recortar y ahora reciben del exterior ideas. O ¿será que ya lo han puesto en práctica de forma chapucera o a la española, que es igual?
               Yo, que recuerdo los soliloquios de Gila, cuando en el pasillo de la casa de huéspedes se cruzaba con el sospechoso de un crimen, y le lanzaba indirectas como “Alguien ha matado a alguien”.
               ¿No es una indirecta y chapucera medida cerrar las urgencias de numerosos pueblos?
               ¿No será el método de Taro Aso a la española, la más “gilariana” de las indirectas:

“Alguien debería morirse si no puede esperar su urgencia a mañana”

6 comentarios:

  1. Invitación - E
    Soy brasileño.
    Pasei acá leendo , y visitando su blog.
    También tengo un, sólo que mucho más simple.
    Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
    A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
    Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
    Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
    Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
    para ti, un abrazo desde Brasil.
    www.josemariacosta.com

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  2. No me extrañaría nada. Los políticos siguen sin querer enterarse de los que estamos pidiendo los ciudadanos, que antes de nuevos recortes para nosotros tengamos el ejemplo de la poda de sus recursos, pero de verdad. Un abrazo desde mi mejana

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  3. Buenas Alberto mi nombre es Raúl, me gusta mucho como te expresas y estoy completamente de acuerdo contigo, estamos terriblemente deshumanizados. El poder, el dinero, la eficiencia, la misma mierda materialista con aspecto multicultural. Dadas las aptitudes morales y sociales que traslucen tus palabras, te voy a exponer el caso de un amigo al que, por otros fines y no los económicos, le han puesto micros en su propia casa, para que si puedes me digas que juicio te merecen estos hechos, y que le recomiendas a mi amigo que haga. Te adelanto, que a mi me parece un caso que aunque aparenta ser movido por el buen sentimiento y la amistad, deja entrever la ambición de dominio y la avaricia de muchas medidas políticas como las que hablas aunque a pequeña escala, me parece el típico caso de depredación emocional. Mi amigo estuvo hace años con una chica que venia traumatizada y con delirios múltiples de una relación anterior de malos tratos. Soñaba con la brujería, el chamanismo y toda suerte de medios de sanación alternativos, asi como con la cultura Maya y el fin de los tiempos. Su relación tampoco termino bien, no era el momento, a los pacificos no les gusta que les persigan a gritos en plena calle, y esas eran las practicas de las mujeres violentas y en lucha constante con las que formaba grupo y se divertía por entonces, con lo que la cosa no cuajó. En su día la expareja de mi amigo le habló de un colega suyo al que enviaban, dado su talento para lo mendaz y fraudulento, a espiar a la gente en sus casas arrastrandose amigablemente, introduciendo micros, pirateando sus ordenadores, para después, jugar con esa información haciendo las preguntas adecuadas. Todo esto tras una apariencia afable y cordial. El fin era, por un lado, incomodar y desconcertar sacando temas escabrosos, y por otro hacer creer que tiene un sexto sentido para cuestiones del alma (un familiar suyo conoce lo que hace, pero no sabe lo de los micros, no se lo dice porque con el también se las da de medium), vamos, vacilar, ridiculizar humillar, quedarse con tu cara de verguenza y de sorpresa, al ver que alguien parece que sabe cosas tuyas que no deberia saber, para recrear esas caras y emociones después, sutilmente, con la mirada; decia que va soltando información poco a poco, la gente cree que está alucinando hasta que se da cuenta de que todas esas preguntas no eran fortuitas, eran fruto del delito, del espionaje. Pues bien, a mi amigo, a pesar de saber esto inconscientemente, se le fue desgastando el recuerdo y no sospechó que el chaval que tenia delante cuando se lo presentaron era el camaleón del que le habían hablado, por si fuera poco mi amigo no le hizo nada a esas muchachas como para esperar una venganza por su parte, y aunque de todos modos debía haber sospechado (hasta su amiga, la exnovia de mi amigo, hablaba de que la falta de talento matemático del camaleón, le hacía envidiar a quien lo tenía, haciendosela a gente que no había hecho nada, solo por venir de una familia estable, tener dinero, o cualidades para el estudio), a pesar de esto digo, la censura hizo su efecto y se le olvidaron estas "prácticas". ¿Que opinas Alberto? Mi amigo se halla en un estado en que no sabe lo que hacer, las pruebas son verbales por lo que no puede denunciar, no le gusta la violencia y tampoco le gusta tomarse la justicia por su mano, se siente difamado y espiado; no sabe que información tienen de el o de su pareja con la que vive y vivia en aquel entonces, si es en formato video o formato de audio, si son horas o dias....¿Le recomendarías algo tipo Guantanamo para obtener la información, o simplemente pasarías página? Dime Alberto, ¿como te enfrentarias a esto?

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  4. Alberto, mi amigo esta bastante obsesionado con el tema, de tanto ahondar en sus recuerdos va descubriendo nuevos detalles de la conversación que mantuvo con su ex hace 4 años acerca de este personaje de comic. Lo último ha sido que el padre del camaleón se fue a por tabaco cuando este era un infante y no volvió, todo esto lo decía como justificandole por un comportamiento, a sus ojos, cruel en demasía, ¿Que opinas Alberto?, pudo haber generado esto un exceso de suspicacia en lo que refiere a las intenciones masculinas y la calidad del noviazgo o el matrimonio?? o tal vez motivar una busqueda insaciable de la figura paterna en todo fumador?? Ni el camaleón ni sus amigas (entre la que esta la ex de mi amigo) consiguen mantener una relación por mas de unos meses, ahí ya empiezan los ataques de histeria y la rotura de objetos, con escenificaciones teatrales y aspavientos de todo tipo. Me parece curioso que se hayan atrevido a hacerle esto a alguien al que previamente se lo habian contado con toda naturalidad, alguien que lo olvido sin pensar nunca en utilizar esa informacion en su contra, es sospechoso y delata lo falsa que es, por lo menos en este caso, su lucha ¿¿verdad??? Espero ansioso tu repuesta. Raul

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  5. Poco puedo aportar, Raúl, por no decir nada. Es tan complicado que mi capacidad no da más que para la compasión.
    Alberto

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