jueves, 17 de julio de 2014

OPERA PRIMA
Ha comenzado el tronar de fanfarrias anunciadoras de promesas electorales, que no se van a cumplir, porque las fanfarrias ponen la música, pero no la letra. Mientras, yo, cierro los ojos y veo los cerebros de millones de españoles y, en todos ellos, un común denominador: el fluir alocado de deseos, dudas y esperanzas, que corren en distintas direcciones atascando sus terminaciones neuronales en cuanto se plantea lo que, para una gran mayoría, es el primer peldaño de la pirámide de Maslow : respirar, comer y beber y cómo lo van a resolver en los próximos meses. Los demás peldaños, como son: seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización resultan inalcanzables si no se supera el primero.
Esa campaña que ha comenzado a proclamar con optimismo la salida de la crisis, la España que ya funciona, que crea empleo, que dispone de dinero para consumir, que hace felices a los autónomos, pero que se da de bruces con el primer escalón en el que se encuentra una gran mayoría de españoles.
Esta visión triunfalista es trasunto del fenómeno PODEMOS y su ópera prima, que comienza a ser la mayor preocupación del poder y no por las novedades que pueda aportar al sistema, sino porque ha sabido fabricar un desatascador de terminaciones neuronales. Ha compuesto una ópera en el momento oportuno, justo en el que el 30% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, otro 40%, que en su día constituyó la gran clase media y se debate entre la pérdida de dignidad, aceptando constantes presiones en la reducción de salarios, recortes sociales y miedo a perder los empleos, poniendo una música eufónica, y otro 20%, al que no le afecta la situación económica, porque está en otros peldaños de nuestro amigo Maslow.
La ópera prima de PODEMOS, inició la obertura de su libreto utilizando las redes sociales, terreno que estaba abonado porque el contenido nos gustaba a todos. Cuando estimó que su música había encandilado a muchos ciudadanos, no considerados parias, descamisados, perros-flauta y demás desheredados, llegaron las elecciones europeas y, con ellas las arias, la parte más popular y que mejor entiende el público no experto en bel canto. Éxito personal de sus líderes y con él, el intermedio que ha servido para ver, cómo la primera parte del libreto estaba bien escrito y satisfacía al 90% de la población y a sus expectativas. La segunda parte viene en letra muy pequeña; como la de los contratos de los bancos; difícil de comprender y, en consecuencia, la ópera prima está inconclusa hasta que veamos cómo los actores la van a interpretar.
Este revulsivo tiene pendiente la entrega de desatascadores de terminaciones neuronales, para ponerlo en práctica frente a lo que se nos avecina por parte de expertos –PP y PSOE– en óperas plenas de bellísimas arias, que volverán a encandilar nuestros oídos y nos harán olvidar los CIEN MIL MILLONES de euros que ha costado al pueblo español el expolio de las cajas de ahorro por parte de los que aún siguen, después de treinta años, aferrados al poder o utilizando las puertas giratorias, que conducen a consejos de administración. A los que lucharán a muerte por mantener el bipartidismo. A los que venderán a su madre por participar de ese poder, cohabitando con enemigos de conciencia, pero desayunando con fruición sapos y escaño. A los que se atornillarán al sillón, a pesar de haber consentido por acción u omisión Eres y corruptelas mil, que han otorgado a nuestro país el triste título de ser el paradigma de la corrupción en Europa.
¿Cómo vamos a confiar en partidos que sus alevines han mamado las doctrinas de sus mayores por muy buenos aires de renovación que nos traigan? Simplemente no es posible. O cómo vamos a confiar en una IU que ya está echando un guiño al fenómeno social PODEMOS.
Primero una catarsis generalizada y después, menos profesionales de la política y más ciudadanos dispuestos a servir al país a través de la política y no a servirse de ella, para vivir junto a sus descendientes, per saecula saeculorum, del sacrificio de los demás.
Es pues, ¡ahora!, el momento de agudizar nuestra vista, para saber descubrir la letra menuda tras los enunciados de las grandes promesas electorales, de los programas que después se acomodarán para cohabitar con el solo objetivo de tocar poder, de los partidos emergentes cuya música nos suena bien y, además, acceden por primera vez a la política limpios y sin contaminación; que nos lean la letra pequeña, es decir, el cómo lo van a conseguir. De esta forma votaremos con la seguridad de saber lo que votamos, y después, a esperar que no nos decepcionen.

4 comentarios:

  1. Esperemos no tener que desear que la "Virgencica" nos deje como estábamos antes. Un abrazo desde mi mejana

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  2. Dices bien que debemos estar atentos para que no nos la "cuelen" de nuevo. Yo escucho lo que dicen pero antes de creérmelo miro y observo mi entorno y por ningún lado veo avances, sino continuos recortes y más personas avanzando hacia el empobrecimiento o con más dificultades para conseguir los servicios sociales o sanitarios que precisan.¡Seguimos retrocediendo!.
    Y siguen recortando "por abajo", a las economias más modestas, pero todavia no han hecho una reforma en profundidad en la administración ni han recortado privilegios y exceso de gastos en la clase política. Mientras ahora muchos tienen que pagar gastos de ambulancia (que todos deseariamos no tener que usar) otros muchos politicos viajan en clases especiales o utilizan coches oficiales innecesariamente en bastantes casos. ¿Para cuando los recortes a estos escándalos? Es un insulto para los que siguen pasándolo mal y ven mermadas las ayudas sociales que precisan para la atención de sus necesidades básicas. Es la caridad y filantropía la que esta supliendo las obligaciones del Estado.
    Un saludo cordial.

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    1. Gracias Chela, por tu razonado comentario. Un cordial sdaludo.

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