DE LA CRÍTICA A LA ACCIÓN
La verdad es que pocos, pero ha habido algún comentario a mi artículo DESBROCE, DESCONEJE Y FUMIGACIÓN, en el sentido de que eso de hablar, hablar… está muy bien, pero que hay que “Pasar a la acción” o “¿Quién le pone el cascabel al gato?”. Aunque sea una minoría la que así se manifiesta, no deja de tener razón; hablamos, hablamos y hablamos en foros, en bares o en tertulias, si bien, no es más que una forma de descargar nuestra irritación, nuestra crispación y nuestra impotencia, pero que el silencio de los corderos ha sido mucho peor, porque ha dado patente de corso a unos mandatarios persuadidos de estar haciéndolo bien y, legislatura tras legislatura, se les ha ido renovando el crédito.
El buen uso de las redes sociales está permitiendo al ciudadano alzar su voz y que sea oída, no solo en su entorno, sino crecer en progresión geométrica gracias al uso de la opción “compartir”.
Ha llegado a tener más fuerza que cualquier manifestación y tenemos ejemplos recientes con el derrocamiento de regímenes autoritarios en el norte de África.
Un exponente claro de lo expuesto está en el fenómeno “Podemos”.
Creo que en las redes sociales y en el hablar, hablar… con sentido de lo que se dice, respetando las formas e incluso aportando soluciones, está el arma que le queda a la ciudadanía para intentar cambiar el status quo vigente.
El grupo Por El Puerto Vivo, que se apagó algo, como consecuencia de la frustración recibida en la perdida batalla de Apemsa, sin realizar la menor promoción, ha comenzado a crecer en afiliación y está próximo a los 3000 simpatizantes.
La reacción del Municipio Portuense intentando lavar la cara de la ciudad y pequeños gestos como respuesta a las redes sociales, no deja de ser un indicio.
Ahora se hace imprescindible una gran presión para que, antes de que nos encontremos con un hecho consumado (Apemsa), nos informen y nos consulten, qué pasa con el proyecto del aparcamiento de Pozos Dulces y qué ocurre con la aparición de restos arqueológicos, mucho más interesantes desde el punto de vista turístico que la especulación de un aparcamiento inútil, que solo beneficia a los promotores y… vamos a no pensar mal.
Sr. Alcalde ¿no cree que debe una amplia información a sus conciudadanos a través de todos los medios a su alcance sobre Pozos Dulces? Le invito a una respuesta a través de nuestro Grupo POR EL PUERTO VIVO.
La verdad es que pocos, pero ha habido algún comentario a mi artículo DESBROCE, DESCONEJE Y FUMIGACIÓN, en el sentido de que eso de hablar, hablar… está muy bien, pero que hay que “Pasar a la acción” o “¿Quién le pone el cascabel al gato?”. Aunque sea una minoría la que así se manifiesta, no deja de tener razón; hablamos, hablamos y hablamos en foros, en bares o en tertulias, si bien, no es más que una forma de descargar nuestra irritación, nuestra crispación y nuestra impotencia, pero que el silencio de los corderos ha sido mucho peor, porque ha dado patente de corso a unos mandatarios persuadidos de estar haciéndolo bien y, legislatura tras legislatura, se les ha ido renovando el crédito.
El buen uso de las redes sociales está permitiendo al ciudadano alzar su voz y que sea oída, no solo en su entorno, sino crecer en progresión geométrica gracias al uso de la opción “compartir”.
Ha llegado a tener más fuerza que cualquier manifestación y tenemos ejemplos recientes con el derrocamiento de regímenes autoritarios en el norte de África.
Un exponente claro de lo expuesto está en el fenómeno “Podemos”.
Creo que en las redes sociales y en el hablar, hablar… con sentido de lo que se dice, respetando las formas e incluso aportando soluciones, está el arma que le queda a la ciudadanía para intentar cambiar el status quo vigente.
El grupo Por El Puerto Vivo, que se apagó algo, como consecuencia de la frustración recibida en la perdida batalla de Apemsa, sin realizar la menor promoción, ha comenzado a crecer en afiliación y está próximo a los 3000 simpatizantes.
La reacción del Municipio Portuense intentando lavar la cara de la ciudad y pequeños gestos como respuesta a las redes sociales, no deja de ser un indicio.
Ahora se hace imprescindible una gran presión para que, antes de que nos encontremos con un hecho consumado (Apemsa), nos informen y nos consulten, qué pasa con el proyecto del aparcamiento de Pozos Dulces y qué ocurre con la aparición de restos arqueológicos, mucho más interesantes desde el punto de vista turístico que la especulación de un aparcamiento inútil, que solo beneficia a los promotores y… vamos a no pensar mal.
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