sábado, 18 de abril de 2015

FRASES QUE ME HAN LLAMADO LA ATENCIÓN


“Cásate con la persona correcta. De ésta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu miseria”
Esta recomendación que leí, no recuerdo cuando, me invita a meditar sobre las decisiones que, mujeres y hombres, tomamos de manera irreflexiva, y que por ello, condicionan numerosas etapas de nuestra vida.
El mensaje abarca mucho más que el acierto de casarse con la persona adecuada, porque, aunque quizá sea una de las decisiones más importantes a la que nos enfrentamos cuando, llegados a la madurez, determinamos planificar nuestra vida, influye en muchos de sus pasajes.
Una de las ventajas –junto a los muchos defectos- de las redes sociales es que, en cierto modo, hace que lo que deberíamos aprender a través de la lectura, lo conozcamos a través de frases lapidarias, consejos de sabios, pensamientos de filósofos o poetas del pueblo y, sin la menor duda, nos hacen detenernos sobre la frase, pensar algunos segundos, sonreír, interiorizarlo y hacer un propósito de enmienda que, como mucho, dura veinticuatro horas y no dudamos en compartir, para que nuestros seguidores nos obsequien con un número más o menos satisfactorio de “me gusta”
Casarse suele ser la consecuencia de una respuesta emocional y no racional. Normalmente el resultado de un flechazo, de una pasión y de un enamoramiento, que si se complementa con la reflexión, es decir, el razonamiento y la planificación como factores objetivos a los que deben acompañar siempre una gran dosis de generosidad, puede conseguirse ese 90% de felicidad, de lo contrario, habrá que afrontar la miseria y todo lo que le rodea.
En resumen: como se puede colegir de lo expuesto, para conseguir un 90% de lo óptimo, hay que ser perfecto y esto no es posible. Sí podemos sacar la moraleja de que, siempre, tratemos de casar corazón y mente, y nunca, tomar decisiones importantes tras una euforia o un disgusto. Esto siempre bajo mi humilde opinión.

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