viernes, 18 de diciembre de 2015

JAPON 1980


En un viaje de trabajo, con algo de tiempo libre, visité Japón. Me llamaron la atención poderosamente dos cosas (además de otras muchas): La primera fue observar cómo, muchísimas personas, especialmente las mujeres (siempre me he preguntado por qué, y creo que la explicación es porque siempre se han preocupado de todo más que los hombres), llevaban la boca tapada con una mascarilla. Pregunté si era para protegerse de la polución, y me respondieron con una sonrisa y escondiendo al máximo sus ojos: No, es que ha comenzado la gripe, y las personas afectadas por los primeros síntomas, toman esa precaución para no contagiar a los demás. ¡BINGO! ¿Cuántas bajas laborales y cuánto ahorro obtendríamos de aprender esa sencilla práctica? Claro, para eso hay que ser muy solidario.
Segunda sorpresa: Todos los autobuses, los camiones de transportes y hasta las hormigoneras, iban relucientes, como de estreno. La razón es que cada vehículo llevaba un ayudante. Mi reflexión : Si a los camioneros se les ofreciese una bonificación en la SS y otra en la adquisición de carburantes, estoy seguro que podrían contratar un ayudante. Si en España funcionan 3 o 4 millones de camiones, ¿no nos quitaríamos de un plumazo 3 o 4 millones de parados? Esa es mi reflexión, al tiempo que darme un pequeño gusto nostálgico al verme con 47 añicos de ná.




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